Lo importante de un viaje no es la meta, es el camino.
El programa EducArte en Identidad Europea financiado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea, llega a su fin en la localidad madrileña de Fuenlabrada, España. En este camino hemos aprendido mucho del uso del arte, especialmente la música, y su uso como elemento vertebrador para transmitir, generar y cuidar una identidad, una pertenencia a un grupo. En este caso, Europa y lo que representa. La última sesión en los centros ha consistido en una charla con Nora Usterman, artista del programa, con los alumnos y alumnas de 3º de la ESO de los centros participantes. Una charla sobre identidad europea y respeto al diferente. Y, por supuesto, de valoración de las sesiones.
Han sido semanas de sesiones intensas con las alumnas y alumnos. De emplear el arte para vaciarse, vaciarnos, y, desde ese punto, construir, mejorar, aprender. Crecer.
Han sido semanas y sesiones de ver, que no mirar, a los compañeros y compañeras de aula. De aprender a integrar y valorar sus diferencias como ellos han hecho con las nuestras. De reír mucho. De emocionarse. De alcanzar objetivos.
Han sido, en definitiva, semanas y sesiones de ayudarse unos a otros. Entre nosotros. De generar un espacio donde creamos una identidad común. Siempre persiguiendo el mismo objetivo: encontrar nuestra identidad como europeos, que nos permita conciliar diferencias, construir acuerdos, armonizar la diversidad, desarrollar la comunicación para construir una sociedad mejor.
Y esa sensación es la que queda. Que hemos visto que se puede hacer mejor. Que Europa es más que un nombre o un mito. Más que directivas o burócratas. Más que cualquiera de nosotros, y menos que nosotros también. Porque hemos aprendido que Europa es un concepto que engloba valores que pertenecen a la gente. A quienes vivimos aquí y también a los que llegan de allí.
La meta aún está muy lejana. Ítaca es aún un recuerdo al que llegar.
Pero el camino ha sido, está siendo, apasionante.
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