El apoyo de la Comisión Europea para la elaboración de esta publicación no implica la aceptación de sus contenidos, que es responsabilidad exclusiva de los autores. Por tanto, la Comisión no es responsable del uso que pueda hacerse de la información aquí difundida.

Entre 1939 y 1945 Europa vivió uno de los episodios más negros de su milenaria Historia. Millones de personas murieron en nombre de unas ideas que los condenaban por un único delito. Ser diferentes. El motivo de diferencia era poco relevante. Lo importante es que eran diferentes.

Judíos. Gitanos. Homosexuales. Comunistas… fueron presa de los campos de concentración nazis hace menos tiempo del que creemos. Y nada nos garantiza que no pueda volver a ocurrir.

Pero para evitarlo en la medida de lo posible se creó la Unión Europea. La primera unión político-económica realmente viable del continente desde el Imperio Romano. Una unión basada en unos valores que evitaran que volviera a producirse semejante horror.

Y como el olvido de la Historia supone el riesgo de repetirla, aún hoy hay entidades como la Fundación Violeta Fridman que cuentan lo que supusieron esos escasos 6 años de insidia.

Por ese motivo, Patricia Weisz Presidenta de la Fundación Violeta Fridman charló con los alumnos de 3ºde la ESO del IES La Serna de Fuenlabrada en el marco del proyecto cofinanciado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea,   EducArte en Identidad Europea. Una conversación sobre la figura de su madre Violeta Friedman, como voz de los que murieron en el holocausto.

Hablaron de su lucha por defender la libertad y la tolerancia, y como promovió el cambio en el Código Penal Español en materia de racismo

Con su intervención en esta sesión quiso dejar a los alumnos el mensaje de la importancia de no mirar hacia otro lado cuando ven una injusticia, la necesidad de no callarse, denunciar cuando hay maltrato, violencia, bullying, injusticias.

Y es que no debemos nunca olvidar el famoso poema, atribuido erróneamente al dramaturgo alemán Bertolt Brecht (1898-1956) pero que son realmente versos del pastor luterano alemán, Martin Niemöller (1892-1984):

«Primero vinieron por los socialistas,
y yo no dije nada, porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas,
y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos,
y yo no dije nada, porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí,
y no quedó nadie para hablar por mí»

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